Blog de política actual: Análisis y reflexiones sobre política española

martes, 28 de abril de 2020

Hacia una nueva normalidad

Tras 44 días confinados en nuestras casas, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado hoy mismo el plan de desescalada tras la crisis sanitaria por coronavirus. En él, podemos ver que consta de cuatro fases que empiezan a partir del 4 de mayo y que se espera terminar allá por finales del mes de junio. 

-Fase 0- 4 de mayo-fase previa: apertura de cita previa de clientes

-Fase 1- Lunes 11 de mayo-Fase inicial: aperturas de pequeños comercios con medidas de seguridad y apertura de terrazas con limitación de apertura del 30% con horario preferente para mayores. Transporte público con uso obligatorio de mascarillas y limitación de aforo en lugares de culto.

-Fase 2- 15 días después -Fase intermedia- El curso escolar empieza en septiembre. Se reanuda algunas actividades de ocio como los cines o los teatros (con un tercio del aforo). Se permiten actos con menos de 50 personas.

-Fase 3-15 días después- Fase abierta- locales comerciales con un 50% del aforo y una distancia mínima de 2 metros

Con estas medidas, se abre una pequeña ventana de alivio tras el confinamiento. Ya tenemos fecha para una supuesta vuelta a la normalidad pero... ¿Cómo será esa vuelta a la normalidad? ¿Habremos cambiados muchos aspectos de nuestra vida? ¿Cuándo podremos volver a ver con seguridad a nuestros seres queridos?
En mi opinión la vuelta hacia una normalidad absoluta no la podremos llegar a conocer hasta que no exista una vacuna que nos garantice inmunidad contra el virus. Creo que el cambio nos va a causar un shock sociológico nunca visto hasta ahora y sí, algunos aspectos de nuestra vida si se verán afectados  para siempre. Ya, quizás, no volveremos a ser tan cercanos como antes. El virus sin duda ha puesto en jaque a nuestra estructura político-económica y, sobre todo, a nuestra estructura como sociedad. Mientras tanto, nos toca hacer vida compartida con él y convivir lo mejor posible con la carga que supone a una sociedad como la nuestra el distanciamiento social y las distintas medidas de protección.

Respecto a las críticas a este nuevo sistema de desescalada, sinceramente no lo entiendo. Creo que es todo un esfuerzo gubernamental a todos los niveles el hecho de hacer lo que se está haciendo. Supongo que en pequeños detalles sí se podrá hacer uso de crítica constructiva para mejorarlo, pero, para otra cosa, no. A mi parecer, las medidas son un pequeño freno a ese acoso y derribo al gobierno por parte de la oposición y, su intento de salir beneficiados de la crisis en lo que a votos se refiere.
Esperemos que actúen como tal, y la oposición cambie de parecer (o al menos parte de ella) para poder cooperar todos a una.

Por supuesto, son medidas preventivas que irán evolucionando a medida que vaya transcurriendo estas 8 semanas previstas para la desescalada. Supongo que todas las modificaciones dependerán mucho de nuestro comportamiento cívico y solidario, del cual, estoy seguro, que la gran mayoría respetaremos sin rechistar.

domingo, 19 de abril de 2020

Acoso y derribo al Gobierno.

Efectivamente, parece ser que las estrategias llevadas a cabo por parte de la oposición en estos últimos días son un auténtico acoso y derribo al Gobierno. Cada semana que pasa vemos que tanto PP como Vox, y en última instancia, Ciudadanos, tienen un objetivo claro; difamar cuánto más mejor al Gobierno y a la figura del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aprovechando el confinamiento y el miedo de las personas, y, separando aún más si cabe, a una población que debería (en estos momentos) estar más unida que separada.
Las tendencias como #SánchezVeteYa #AloPresidente o, el más ofensivo, #SanchezaPrision, son un claro ejemplo de la tendencia política que se sigue.

Las últimas intervenciones de los portavoces de los partidos de la oposición cada vez tienen menos pelos en la lengua, y, en el Congreso, más que asistir a un debate político, parece que estamos asistiendo a una batalla de gallos que consiste en haber quién es el que dice la mayor barbaridad.
Vox ha llegado a decir en numerosas ocasiones que la culpa de las muertes del COVID-19 se debe a la mala gestión del Gobierno (insinuando que son asesinos). Por su parte, el PP parece ser que le sigue el juego en todo lo que haga y diga este partido.


Podemos ver cómo en casi toda Europa se está llegando a una serie de pactos-tregua entre los partidos de izquierdas y de derechas para hacer frente a la crisis del coronavirus. Pero aquí, en España, pasa todo lo contrario. La oposición tiene el objetivo de debilitar lo máximo posible al gobierno para salir más fuertes tras la crisis. Da la sensación de que todo vale en su guerra mediática.
 Hasta los periódicos ponen portadas, que a mi parecer, son "antidemocráticas"o perfectamente denunciables, como lo fue la portada de El Mundo con la imagen de los ataúdes en la Gran Vía de Madrid o la del ABC respecto a la noticia del CIS insinuando la censura inexistente.

La última gota que colma el vaso respecto a las decisiones absurdas e inentendibles fue la de ayer con los europarlamentarios de PP y Cs. Éstos votaron "no" a la petición realizada por países como Italia, Portugal o España del coronabonus (como medida necesaria y lógica perteneciendo a la Unión Europea),votando en contra de la mutualización de la deuda europea y dando "ejemplo" de patriotismo puro; lo que a efectos prácticos significa que están a favor de la discriminación y el egoísmo europeo de algunos países como Alemania o Holanda. Tengo dos teorías respecto al no: o realmente están de acuerdo con esa medida (cosa que sería absurdo dada la situación en la que nos encontramos a nivel internacional), o simplemente es una medida más para ir en contra de todo lo que ve y hace el Gobierno.

Pero parece que el Gobierno no se está quedando de brazos cruzados ante los ataques tan duros que está recibiendo por parte de la oposición y ya ha denunciado ante la fiscalía a Vox por los bulos lanzados en contra de éste. A mi parecer, se le debería denunciar por más cosas, como por ejemplo, incitación al odio (algo muy habitual en este partido), o por llegar a proponer una especie de "golpe de autoridad" ante un gobierno elegido democráticamente por la mayoría de los españoles (de ahí el que parece que todo vale).

No creo que la gestión del Gobierno sea la causante de todo (tiene sus fallos criticables como todo y ciertamente no está siendo la deseada). Pero lo que no se puede admitir es el descaro de la oposición de hacer lo que está haciendo y el cómo lo está haciendo.

La solución es muy fácil; la unión de todos los partidos ante un enemigo común. Dejar atrás las discrepancias, y ponernos de acuerdo ante algo que nos afecta a todos por igual y que no entiende de ideologías. Pero parece que los españoles, y por tanto, los partidos políticos, nos olvidamos de esa palabra hace ya mucho tiempo.

viernes, 10 de abril de 2020

La guerra fría de la derecha

La crisis del coronavirus está azotando al mundo, y con ello, poniéndolo a prueba día sí, día también. En España, la política está viviendo un momento de guerra por haber quién hace más daño. Como ya he dicho en numerables ocasiones, aquí, en vez de que esta crisis nos una, nos separa aún más (algo así como lo que está pasando a nivel europeo con las decisiones egoístas de Alemania y Holanda). ¿Dónde podemos ver esta "guerra política"? En el Congreso (en directo). El de ayer, jueves diez de marzo, dejó esto claro.
Asistimos a discursos que sobrepasan el diálogo, buscando más, la derrota del Gobierno, que el apoyo y soluciones contra esta crisis.
La derecha lo tiene claro; quiere que el Gobierno se largue (sin ser ni proponer ninguna alternativa, algo irónico). Por ello, las campañas en redes sociales llevadas a cabo por la derecha en este país, sobre todo de VOX, no hacen otra cosas que mentir (fake news) e incitar el odio hacia un gobierno, que en lo personal, no creo que lo esté haciendo tan absurdamente mal para lo que se viene, y tal como están las cosas.
Tanto PP como VOX se necesitan más que nunca, a la vez que luchan por haber quién dice la mayor barbaridad, y así, postularse como el líder de la oposición mediática mientras dure la crisis. El PP no puede abandonar su propia lucha contra VOX por miedo a perder lo que son, y a la vez, necesitan de su lucha para poder vencer a "sus verdaderos" enemigos, los del Gobierno.

"Una carrera por demostrar cuál de los contendientes tiene menos escrúpulos, convencidos de que una parte cuanto menos significativa de la población es sensible a este tipo de mensajes, por muy sórdidos y falaces que sean. Porque una parte siempre ha conectado con ese lenguaje, y la ultraderecha que pulula en ambos partidos no es precisamente pequeña en España."





En definitiva, aprovechan la situación de cuarentena, una situación irritable e incluso, podría decirse que desesperante, para provocar su perfecto caos. Como dice el periodista Carlos Elordi del diario.es, "Tal y como están las cosas, el PP no tiene más remedio que seguir la senda que marca Vox. Porque la principal amenaza que pende sobre la cabeza de Pablo Casado y su equipo es que puede pasar a ser el segundo partido de la derecha en las próximas elecciones. Que los modos políticos de personajes, como José María Aznar -referente y principal sostén de Casado- nunca hayan estado muy lejos de los de Vox complementa y refuerza la necesidad de no quedarse atrás en la política de tierra quemada que está practicando la derecha."


Asistimos, por tanto, a un momento político donde la derecha no deja de sorprendernos. Sin embargo, un atisbo de esperanza y solidaridad parece ser que hay en medio de esta "guerra" sin sentido por parte de la oposición contra del Gobierno. El partido de Cs (Ciudadanos) parece haber rectificado y madurado algo de su mala experiencia política. Un cambio de estrategia por recuperar ese centro-derecha que tanto éxito le ha dado años atrás. Esperemos, que no sea sólo eso, un cambio de estrategia, y podamos, dentro de poco tiempo, contar en este país con una verdadera derecha europea, que mira hacia el futuro, y no hacia el pasado.

miércoles, 1 de abril de 2020

Educación: Aprobado general o examen presencial

Los últimos acontecimientos hasta día de hoy (acabamos de entrar en el mes de Abril) me han hecho reflexionar sobre este asunto. Nos encontramos ante una situación académica con muchísimas incógnitas sin resolver. ¿Se harán exámenes presenciales en junio como si nada hubiese pasado? ¿Existen alternativas de evaluación más allá del examen presencial? ¿Se están barajando otras formas y métodos de evaluación? ¿Cómo se valorará el trabajo diario en casa? ¿Estamos realmente preparados para el formato online (tanto docente como alumnos)?

Son muchas las preguntas y pocas las respuesta, y parece que seguimos el famoso refrán de "Yo sólo sé que no sé nada" de Sócrates (nadie sabe qué es lo que va a pasar, ni docentes, ni estudiantes).






Aprobado general o examen presencial


Estoy observando en redes sociales a estudiantes de todo tipo de cursos (desde bachiller a universitarios) preocuparse única y exclusivamente por sus notas (es lógico hasta cierto punto). ¿Cómo hemos llegado a preocuparnos más por nuestra nota personal que por nuestra salud física y mental? Creo que aquí está el kit de la cuestión. Es importante nuestra nota, claro, no deja de ser nuestro futuro, pero, en mi opinión, estamos viviendo un hecho histórico en el cual deberíamos mirar más allá de nuestro ombligo. Estamos confinados, encerrados, sin poder ver a nuestros amigos, familiares, parejas... sin apenas tener contacto con la gente (ese contacto físico que tanto nos caracteriza como sociedad). Lo último que creo que quieren los estudiantes de todo el mundo es volver a meterse en sus casas encerrados para entrar en una nueva época de exámenes como si nada hubiese pasado. Ahora es aquí cuando muchos dirán: Tienes toda la cuarentena para estar encerrado y estudiar, y por tanto, prepararte los exámenes (seguro que muchos ya lo habéis oído más de una vez). Efectivamente, hay mucho tiempo, pero eso no te quita de que, cuando comience una "futura semana de exámenes", tengas que estudiar lo mismo o incluso más en dichas fechas.



En una situación como la que estamos viviendo, no veo descabellado como solución el "aprobado general". Es una medida más, y en mi opinión, equitativa y efectiva hasta cierto punto. ¿Por qué digo esto? El aprobado general significaría tratar a todos por igual (desde el punto de vista académico). Aquí, la labor del docente es fundamental para que no se creen discrepancias, y facilite una subida de nota (a través de trabajos por ejemplo) a aquellos que sí les importe su nota. Es injusto en algunos caso, porque habrá gente que no se merezca ni aprobar, pero como ya he dicho, estamos ante una situación realmente extraordinaria. Muchos se aprovecharán y saldrán ganando con ese aprobado general. ¿Quién no se aprovecha de las crisis? Lo podemos ver en política con los distintos partidos políticos, e incluso, en actuación internacional de muchos países, llevando a cabo políticas nacionales en vez de políticas de ayuda común. ¡Por dios, ni Europa está unida para esto!

Mirar por tu nota está bien y es entendible, como mirar por tu propio país, pero cuando algo nos afecta de manera conjunta, mirar solo por tu nota, y por tus intereses nacionales, viene a ser un poco egoísta e incompresible (a mi parecer, la peor de las medidas). PD: Véase el paralelismo.

Como futuro docente, sí creo que el aprobado general es una medida eficaz desde el punto de vista académico. Entonces... ¿Cómo se evaluaría a los alumnos de 2º de Bachiller que este año tienen la selectividad? ¿Y a los universitarios se les pasa la mano así sin más? Creo que respecto a bachiller, yo personalmente, cogería la media de estos dos cursos que abarca (primero y segundo) y quedaría exento de realizar la selectividad este año. Pensarlo bien, ¿de verdad vamos a someter a estos alumnos a una presión como lo es la selectividad tras una crisis como la que estamos viviendo?
Y respecto a los universitarios, el aprobado general no sería la única solución. La realización de trabajos evaluables también lo es. Pero aquí entramos otra vez en terreno pedregoso.
Hay profesores y docentes que sí están realizando un seguimiento semanal y proponiendo alternativas, y otros, que no. Yo, propondría un mixto de los dos. El aprobado general lo aplicaría, además de la realización de trabajos (que serviría como, o único método, o complementario al anterior).

Creo que ante situaciones excepcionales se deben tomar medidas excepcionales. ¿O es que acaso vivimos todos los años una pandemia mundial que nos afecta a todos los niveles? Siempre va a haber gente que salga beneficiado de esta situación, pero como siempre, son los menos, y nos toca mirar por "los más".


Por tanto, creo que la responsabilidad del "proyecto docente" en estos momentos es dar cabida y espacio a esa vuelta a la normalidad, que de manera progresiva, debe encontrar el equilibrio entre el contacto físico (tras meses de cuarentena) entre sus alumnos y el método de evaluación.



























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