¿Es Ayuso un peligro público para la Comunidad de Madrid?

Isabel Díaz Ayuso es hoy día uno de los presidentes autonómicos más criticados por su gestión contra el coronavirus. 

Bien es sabido que la relación entre lo público y Ayuso nunca ha sido la mejor, pero, durante esta pandemia, a mi parecer, ha sobrepasado un límite. Si pudiéramos decir algo que se le da bien a la presidenta, sin duda alguna, sería la capacidad que tiene para no asumir sus competencias en sanidad y en educación, intentando en todo momento privatizar todo lo que hay a su alrededor, convirtiéndose por ello, en el foco principal de las críticas. Parece que eso de lo que entra y deja de entrar en las competencias autonómicas no lo tiene muy claro la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Isabel Díaz Ayuso

Pero, ¿puede llegar a ser un peligro público por su gestión? Pues como en todos lados, habrá opiniones de todo tipo y colores. Pero yo me voy a centrar en la última noticia del día que hace saltar todas las alarmas, para que así, cada uno juzgue lo que bien considere.

Esta última noticia va ligada a la educación. Hace apenas escasos minutos la Comunidad de Madrid hizo un llamamiento a los profesores de varios centros educativos madrileños para hacerse 3000 pruebas serológicas. ¿El problema? Todos has sido llamados el mismo día, formándose largas colas de espera y creándose aglomeraciones.

Por si fuera poco-y es aquí donde saltan todas mis alarmas como ciudadano- la presidenta no se corta ni un pelo sobre lo que piensa de la vuelta al cole, llegando a decir que: "es probable que prácticamente todos los niños se contagien a lo largo del curso"

Quizás podríamos pensar que esto no tiene mayor relevancia, pero, desde que empezó la pandemia, ya son muchas pistas las que ha dejado Ayuso sobre lo que entiende por salud y educación pública. Desde los escándalos y datos ocultos de los centros de mayores, pasando por la irresponsabilidad de no contratar a rastreadores suficientes, hasta el hecho de darle más ayudas a centros concertados y privados que a los públicos- lo mismo con los centros de salud y hospitales-.

Su mala gestión es evidente, pero lo que más debería preocuparnos es el cómo nos pueden afectar a nosotros, como ciudadanos, las decisiones irresponsables que se toman desde un órgano responsable de gobierno, pudiendo llegar a convertirse en un verdadero peligro público que nos perjudica a la mayoría.