¿Golpe de Estado?
Las redes sociales se han incendiado con las últimas declaraciones del ministro de consumo, Alberto Garzón, al dirigirse al Rey vía Twitter con las siguientes palabras;
"La posición de una monarquía hereditaria que maniobra contra el Gobierno democráticamente elegido, incumpliendo de ese modo la constitución que impone su neutralidad, mientras es aplaudida por la extrema derecha es sencillamente insostenible".
Las palabras de Garzón se producen tras conocerse que el Rey, Felipe VI, ha llamado a Carlos Lesmes, presidente del Tribunal Supremo y el CGPJ, para decirle que le habría gustado estar presente en el acto que se producía en Barcelona.
Garzón, en definitiva, acusa al Jefe de Estado de maniobrar contra el ejecutivo. Pablo Iglesias ha sido el primero en defender al ministro, respaldando sus palabras-también vía Twitter- con el siguiente mensaje:
"Respeto institucional significa neutralidad política de la jefatura del Estado, renovación de los órganos judiciales en tiempo y forma, actuaciones de la fuerza pública proporcionales. Art.1.2CE: La soberanía reside en el pueblo español del que emanan todos los poderes del Estado".
Se habla de una traición por parte del Rey a Pedro Sánchez y al Gobierno al "insinuar " su malestar y realizar dicha llamada privada.
La oposición rápidamente ha salido en defensa del monarca con duras críticas a lo ocurrido esta mañana. El PP pedirá tanto la reprobación de Iglesias como la destitución inmediata de Garzón.
Casado ha calificado de "Terrible erosión a las instituciones democráticas" los mensajes publicados por el ministro y el vicepresidente.
Todo este asunto ha levantado una tormenta política -por el veto al Rey en la entrega de despachos en a la nueva promoción de jueces- donde el debate vuelve a ser el mismo de siempre. ¿República o Monarquía?
Con todo este revuelo político podemos sacar algunas conclusiones. Tanto Garzón como Pablo Iglesias han cometido una gran imprudencia al atacar de tal forma a la institución de la monarquía en un momento como el de ahora-de crisis-.
Por otro lado, Felipe VI, al "insinuarse" de la forma en la que lo ha hecho, rompe así su neutralidad, yendo totalmente en contra de la Constitución. Aunque también, puede que esto último no sea del todo así. La Casa Real rebaja las tensiones afirmando que la llamada a Lesmes fue sin consideraciones institucionales. Puede que esto último sea la clave de todo, siendo el propio Lesmes-conservador- y no el Rey, quien ha utilizado la llamada como arma política arrojadiza y seguir dando motivos así, a parte de la oposición, para seguir con la estrategia acoso-derribo y derrocar así al Gobierno.
Sin duda, alguna, sea como sea, el daño está hecho, creándose un clima político totalmente nocivo para nuestro país. En un momento de crisis sanitaria como el de ahora, con hospitales sobrepasando límite de camas, debería importarnos más la lucha epidemiológica que la que no transciende más allá de la simbólica o ideológica.
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